Experiencias internacionales y nacionales para su combate

Alrededor del mundo existen programas exitosos de alfabetización, tal es el caso de Alemania con “Ich Will Schreiben Lermen” que se realiza vía internet ofreciendo módulos para cursos de autoaprendizaje en lectura, escritura, matemáticas e inglés. No tiene límite de tiempo. Alemania cuenta con un punto porcentual de su población en condición de analfabetismo, ubicado en migrantes y personas de edad media con poca práctica de la lectura y la escritura. En la India existe el programa Each One Teach Two (Cada uno enseña a dos); funciona con dos estudiantes voluntarios del noveno al onceavo grado, tercero de secundaria y primero de bachillerato, respectivamente, y cada uno de ellos trabaja con dos adultos. Los estudiantes reciben una capacitación específica, con lo que también obtienen créditos y un certificado de reconocimiento.

En Irán existe el programa Reading with Family Project, que promueve el autoaprendizaje y la confianza del adulto en relación con la lectura; se enseña mediante guías y observadores de modo que todos los miembros de la familia (niños y adultos) se beneficien.

En Noruega la iniciativa Family Learning está destinada a mejorar el futuro, la calidad de vida y la motivación para el aprendizaje de toda la familia, construyendo y fortaleciendo a partir de las competencias. Se aplica en adultos de mediana edad y en migrantes.

En Estados Unidos los programas de alfabetización familiar se destinan a la familia en su conjunto, ofreciendo instrucción en lengua inglesa y alfabetización a niños y adultos. En general, los programas incluyen información y aprendizaje sobre el cuidado, el desarrollo y la alfabetización de los niños.

En Jordania se trabaja con un programa llamado District Without Illiteracy Project (Distritos sin analfabetismo) está destinado a hombres y mujeres mayores de 15 años que viven en distritos rurales. Se propone no sólo eliminar el analfabetismo sino mejorar la percepción que los ciudadanos tienen de aspectos científicos, culturales y sociales mediante el uso de métodos innovadores de enseñanza, entre los cuales destacan las nuevas tecnologías de información.

En Ghana, el Institute of Linguistics, Literacy and Bible Translation promueve la alfabetización en lengua materna dentro de las comunidades rurales de las regiones septentrional y occidental. El World Vision Ghana Rural Water Project (GRWP) es un proyecto especial en este contexto, destinado a promover la sostenibilidad a largo plazo de programas de agua y saneamiento, así como de la alfabetización de adultos impartida como parte de este esfuerzo, llegando a cerca de seis mil personas que han aprendido a leer y escribir.

En Mozambique los programas de alfabetización de jóvenes y adultos complementarios concentran su contenido en la prevención del VIH y el sida, la malaria y el cólera, mediante la “medicina verde” y cuestiones relativas al medio ambiente, incluyendo la exploración y el uso sostenible de los recursos naturales, así como los derechos de la comunidad (UNESCO, 2010).

Una de las metodologías más exitosas en el combate al analfabetismo a nivel mundial ha sido el programa cubano Yo sí puedo, aplicado en varios países de América Latina, África, Asia y Europa. Se trata de un programa creado por el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño de Cuba (IPLAC), institución que recibió el Premio Alfabetización 2006 Rey Sejong de la UNESCO.

En el año 2006 este método se implementó en Bolivia, en el marco del Programa Nacional de Alfabetización, lo que permitió alfabetizar a 824 101 personas, logrando reducir el analfabetismo a 3.7% en los 327 municipios de ese país, meta reconocida por la UNESCO, quien declara a Bolivia, el 20 de diciembre de 2008, “territorio libre de analfabetismo”.

Han sido alfabetizadas por la vía radial y televisiva 3 634 239 personas. Para posibilitar la extensión y la generalización del programa, se han producido 14 versiones del Yo sí puedo: ocho en español para Venezuela, Mé­xico, Argentina, Ecuador, Colombia, Uruguay y Panamá; una en portugués, una en inglés, las versiones en quechua y aymará para Bolivia, en creole para Haití y en tetum para Timor Leste. Hoy se trabaja en Angola, Dominica y Australia para iniciar allí este programa educativo.

En Venezuela, tras sólo dos años y cuatro meses de la aplicación del Plan Extraordinario de Alfabetización Simón Rodríguez, mejor conocido como Misión Robinson, mediante el método cubano Yo sí puedo, se logró alfabetizar a un 1 484 543 ciudadanos, de julio de 2003 a octubre de 2005. La UNESCO estableció un porcentaje de cuatro puntos como requisito para declarar la alfabetización plena de una zona geográfica. Por ello Venezuela hoy con un índice de analfabetismo por debajo de 1%, se convierte en un territorio libre de analfabetismo.


Mapa de atención del método Yo sí puedo, México


FUENTE: Janet Belinda Barragán Pérez (2009), tesis de licenciatura, UNAM.


En México se ha utilizado en los estados de Michoacán, Chiapas, Nayarit, Veracruz, Oaxaca, Estado de México y el Distrito Federal.

El método consta de 65 sesiones. Se debe contar con un asesor e incluye una cartilla de aprendizaje y una serie de videos. Es audiovisual, tiene una duración de entre ocho y 10 semanas, con sesiones diarias de dos horas; se intercala el aprendizaje con el alfabetizador y los videos. El modelo requiere para su funcionamiento de una estructura que se favorece en zonas rurales y urbanas con equipamiento. El programa ha obtenido reconocimientos y premios en el nivel internacional.


Mapa de atención del método Yo sí puedo, América Latina


FUENTE: Janet Belinda Barragán Pérez (2009), tesis de licenciatura, UNAM.


Al no encontrar un dato oficial sobre la cantidad de personas alfabetizadas mediante el método cubano, sólo podemos calcular alrededor de 3.5 millones de personas en 33 países beneficiadas con este programa.

El Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL), reconoce para América Latina y el Caribe de 1990 a 2010, 99 programas.


Programas de alfabetización en América Latina y el Caribe, 1999-2010

FUENTE: Galván y Muñoz (2012), Mapeo de los programas de alfabetización en América Latina y el Caribe, 1999-2010, CREFAL.


En México se ha trabajado por la alfabetización desde principios del siglo XX, con diferentes enfoques, objetivos y metodologías.

En 1981 se creó el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA), como una institución descentralizada de la administración pública encargada de coordinar y encaminar las acciones en este rubro. A partir de entonces y hasta la fecha, el INEA es el principal organismo encargado de la educación para adultos en México, comprendiendo los niveles de alfabetización y educación básica, con base en modelos en los que la alfabetización es parte de un proceso de educación integral, con esquemas educativos abiertos y flexibles para adecuarse a las características y tiempos de la población a la que van dirigidos. En el país, los programas de alfabetización están a su cargo, es la institución oficial de acreditación y certificación para jóvenes y adultos en educación básica, es decir, alfabetización en español, alfabetización bilingüe, primaria y secundaria. Desde su creación se ha avocado a la elaboración de métodos y materiales didácticos y en este rubro ha alcanzado reconocimiento internacional. Actualmente se aplica el Modelo Educación para la Vida y el Trabajo, y se elabora un modelo de alfabetización indígena, dado que el grueso de la población analfabeta indígena en el país es monolingüe de alguna lengua originaria. El censo de 2010 ubica 1.4 millones de indígenas analfabetas. El INEA actualmente cuenta con 47 modelos de alfabetización en lenguas indígenas (INEA, 2012).

En 1981 el rezago en alfabetización era de 6.5%, de un total de 66.8 millones de habitantes en el país; en 1990 fue de 6.2% en una población de 81.2 millones de habitantes; en el año 2000 registró 5.9% para una población de 97.5 millones de habitantes, y en el 2010 el rezago alcanzó 7.6% en una población de 112.3 millones de habitantes.

Si bien la labor del instituto ha sido permanente en las décadas siguientes a su creación, el constante aumento de la población hace que estos rezagos sigan presentes y constituyan un grave obstáculo nacional para el des­arrollo educativo de nuestro país.

El método que el INEA utiliza para alfabetizar es “La palabra”, que consta de tres módulos: La palabra, Español para empezar y Matemáticas para empezar, que se cursan en un periodo de entre ocho y 12 meses.

Desde el año 2000 el instituto ha enfocado sus esfuerzos en los rezagos de primaria y secundaria, soslayando la alfabetización indígena y la alfabetización en español.

Modelo de Intervención Integral para la Alfabetización de la Universidad Nacional Autónoma de México

A partir del año 2007, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) emprendió acciones para abatir el analfabetismo a través de programas comunitarios en diversas entidades del país. La Dirección General de Orientación y Servicios Educativos, por ser la responsable de coordinar el servicio social, ha implantado programas de servicio social comunitario como una manera de favorecer la formación integral de los estudiantes y el desarrollo de una conciencia cívica, de servicio y retribución a la sociedad, a partir del contacto con las necesidades más apremiantes del país, entre ellos el Modelo de Intervención Integral para la Alfabetización.

Este modelo se caracteriza por ser flexible, incluyente, replicable y de participación institucional y social, lo que le permite adaptarse a las condiciones específicas de las comunidades en donde se implementa, como son las socioeconómicas, culturales y demográficas.

Es incluyente porque brinda atención sin limitaciones étnicas, de género o edad y por la manera en que se vinculan todos los actores sociales participantes, desde las autoridades gubernamentales, las instituciones educativas y la sociedad en general.

El modelo para su operación utiliza el método La palabra del INEA y se vincula con este instituto para el diagnóstico, acreditación y certificación, que son prerrogativas oficiales del mismo. Dentro de la experiencia obtenida por la UNAM se ha identificado que es deseable plantear la enseñanza de la lectoescritura y cuentas básicas en un sólo programa, para favorecer la eficiencia terminal y la continuidad de los adultos a los subsecuentes niveles educativos, con una duración de ocho a 12 meses.

En su organización participan, como figuras operativas, un coordinador general del programa a nivel estatal, apoyado por un responsable académico, coordinadores centrales de apoyo pedagógico, coordinadores regionales y municipales, además de facilitadores y asesores locales, ubicados en las comunidades. Esta estructura puede modificarse según las necesidades operativas y de acuerdo con los criterios que se establezcan. En este esquema los estudiantes prestadores de servicio social de nivel superior fungen como coordinadores municipales y facilitadores, y los alumnos de nivel medio superior participan como asesores o alfabetizadores, preferentemente pertenecientes a la propia localidad.


Organigrama del Modelo de Intervención Integral para la Alfabetización



Esquema Operativo del Modelo de Intervención Integral para la Alfabetización



Cabe destacar la importancia de que las figuras operativas cuenten con una beca que les permita apoyar su labor y sirva de estímulo y reconocimiento.

La participación de los estudiantes es fundamental para el éxito del modelo, ya que garantiza que el proceso de alfabetización para adultos logre un alto nivel de calidad y eficacia, lo que permite aplicar los diferentes métodos de alfabetización con creatividad y sensibilidad, respondiendo así a las necesidades de cada alfabetizando. Para los alumnos el modelo significa una forma efectiva de retribuir a la sociedad.

La organización de Jornadas de Atención Integral Comunitaria marca el inicio del Programa de Alfabetización; este evento tiene como propósito ofrecer servicios de salud, con el fin de difundir el programa, sensibilizar a la población sobre su importancia y promover su participación.

El modelo se ha fortalecido en la medida en que se ha implementado con la estrecha vinculación de los gobiernos estatales y las autoridades e instituciones educativas de las comunidades y municipios, donde actualmente colabora la UNAM de manera decidida y eficiente en programas de alfabetización. El principio que rige el modelo es, precisamente, la participación y vinculación de las instituciones de educación y de todos los órdenes de gobierno de manera activa y decidida. Su participación es indispensable y representa el principal punto de apoyo para la implantación del modelo.

Éste ha demostrado ser una herramienta eficaz para lograr la conjunción de voluntades políticas y sociales que de manera determinante se plantean objetivos de largo alcance, con un impacto social, claro y específico, que coadyuvan a elevar el nivel educativo y de vida de los mexicanos en situación de analfabetismo.

Modelo de Intervención Integral para la Alfabetización de la UNAM