El origen del rezago: la educación básica

Tal y como lo han señalado algunos autores (Suárez, 2001; Núñez, 2004; Muñoz, 2009), el problema del rezago educativo presenta dos facetas: la producción del fenómeno y su acumulación. Ello define dos problemáticas expresadas en sendos grupos de población que requerirán de estrategias diferenciadas para superar esa condición. Hasta aquí, hemos analizado el rezago acumulado.

La inasistencia a la escuela y el abandono de la misma obedecen a una causalidad múltiple que en circunstancias concretas impide mantenerse en los estudios y ejercer plenamente el derecho a la educación para obtener sus beneficios.

Para analizar el problema de la producción de nuevos rezagados, debe voltearse la mirada hacia el tema de la cobertura y el abandono escolar. El Programa Nacional de Educación 2001-2006, señala un incremento anual de 750 mil nuevos rezagados, que son los que abandonan el sistema escolar a la edad de 15 años.9

Analizar para años más recientes el problema de la cobertura y la deserción en educación básica a partir de la información de la Secretaría de Educación Pública (SEP) es difícil por las limitaciones que presenta. Sin embargo, se puede intentar realizar una primera aproximación a partir de ella.

Los principales indicadores de la educación primaria, en el ciclo escolar 2010-2011, son: cobertura, 14.8 millones de alumnos (100.6%); eficiencia terminal, 94.9%; abandono, 104 214 alumnos (0.7%); reprobación, 470 475 alumnos (3.2%). En el mismo año 2010-2011, de los 2.2 millones de alumnos egresados de la primaria, se observó una tasa de absorción en secundaria de 96.5% (2.15 millones de alumnos) en las distintas opciones de este nivel. Se plantea una cobertura de 95.9% (6.13 millones de alumnos); eficiencia terminal, 83.3%; deserción, 5.6% (343 702 alumnos) y reprobación 15.9% (943 535 alumnos).

Se sabe muy bien que estos datos son de carácter transversal, es decir, corresponden a un año específico (2010-2011) y no a la evolución de una cohorte poblacional, que sería la información necesaria para observar los montos de una generación que se va quedando en el camino. Pero si se supone que los datos de primer ingreso son relativamente constantes a lo largo de nueve años de educación básica (como se muestra en los cuadros), se podrían hacer las siguientes inferencias con la información oficial de la SEP considerando una generación ficticia, tomando los promedios de los últimos nueve años:

   Si la eficiencia terminal en primaria es de 92.4%, sobre un primer ingreso de 2.4 millones, entonces 151 mil alumnos no concluyeron ese nivel.

   A ellos habría que agregar los que sí concluyen la primaria pero no se inscriben en secundaria: de 2.27 millones de egresados de primaria, la secundaria absorbe 95.1%; es decir, 134 mil alumnos no continúan al siguiente ciclo.

Cuadro 7. México: población que entra en rezago educativo anualmente en promedio entre 2002 y 2013

Fuente: Sistema de Indicadores de la SEP.
Nota: la población tomada como base es la de las proyecciones del Conapo actualmente vigentes pero que, con la información proporcionada por el XIII Censo de Población y Vivienda de 2010, se sabe que está subestimada. Asimismo, se está tomando para el caso de la primaria, la población de 6 a 12 años, y para la secundaria la de 13 a 15 cuando la edad normativa es para la primaria de 6 a 11 años y para la secundaria la de 12 a 14 años.

   En suma, 285 mil alumnos no concluyen la primaria o no continúan el siguiente ciclo.

   En el nivel secundaria, con un primer ingreso de 2.1 millones de alumnos, y una eficiencia terminal de 80.6%, implicaría que no concluyen sus estudios 443 mil alumnos.

   Considerando ambos ciclos educativos, se estimaría un promedio anual de nuevos rezagados de 728 mil.

   Es decir, 30% de los que ingresaron a primaria, no llega a concluir la secundaria.

Esta última cifra, en efecto, es muy similar a los 750 mil nuevos rezagados anuales que señala el Programa Nacional de Educación 2001-2006.

Sin embargo, es posible afirmar con certeza que este dato está subestimado en razón de dos circunstancias:

   No considera a los que nunca se matricularon en primaria.

  Como se puede apreciar en los cuadros anteriores, los rangos de edad utilizados en estas estadísticas del sector educativo, incluyen la edad de 12 años como edad de salida de la primaria, y los 15 años como edad de salida de la secundaria, a diferencia de los rangos normativos que incluyen hasta los 11 y 14 años respectivamente. Ello implica que se excluye del rezago a la población de 15 años.

Algunos especialistas sobre el tema de la deserción o el abandono escolar en las edades normativas han hecho estimaciones al respecto, considerando cohortes poblacionales; revisaremos algunos casos.

El primero es una simulación de la trayectoria desde el ingreso a la primaria en 1994 hasta su egreso de licenciatura en 2010, elaborada por la Dirección General de Planeación de la SEP. En el diagrama 1 se puede observar el comportamiento del abandono escolar en las diversas fases de la trayectoria educativa. Para el caso particular que nos ocupa, no concluyen la secundaria 39% lo que implicaría, en este ejercicio, 978 mil personas de una generación que al cumplir 15 años estarán en condición de rezago educativo.


Diagrama 1. Periodo 1994-2010

Fuente: Dirección de Planeación Prospectiva, Dirección General de Planeación, SEP, 2012.

Diagrama 2. Promoción, repetición y deserción en primaria y secundaria de la cohorte 1998-1999 y durante 11 ciclos consecutivos

Fuente: INEE (2010: 66).


Finalmente, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE, 2010)10 también realizó un ejercicio de simulación de la trayectoria de una generación, desde su ingreso al primer grado de primaria (ciclo escolar 1998-1999) hasta su egreso de secundaria (ciclo escolar 2008-2009).

En el diagrama 2 se presentan tres trayectorias escolares: la ideal, formada por la cohorte 1998-1999, la cual egresa en seis ciclos escolares, y las de quienes terminan la primaria en siete y ocho ciclos, respectivamente. La representación de la trayectoria ideal se muestra en la diagonal principal, la cual simboliza el paso de los alumnos que aprueban y avanzan de un grado a otro entre ciclos escolares consecutivos hasta concluir en seis ciclos.

Las cifras obtenidas permiten estimar que sólo 62% de los alumnos que iniciaron la primaria en 1998-1999, la terminó cinco ciclos después (2003-2004). Este porcentaje es 31 puntos porcentuales menor que el valor del indicador denominado “eficiencia terminal en primaria” (93%), que tradicionalmente utiliza la SEP para estimar este indicador, en las estadísticas oficiales desde hace muchos años.

En el diagrama se observa que 21% de los alumnos finalizó su primaria invirtiendo siete años de estudio, mientras que 4% logró finalizarla dos años después que su generación original. Además, durante la trayectoria ideal, 104 alumnos abandonaron sus estudios, cifra que representa 82% del total de desertores.

La trayectoria de quienes terminan en siete ciclos está representada por la diagonal que se ubica inmediatamente debajo de la principal. Está formada por todos los alumnos provenientes de la generación 1998-1999 que repitieron un grado entre los ciclos 2000-2001 al 2005-2006. Se está suponiendo que no hay reingresos de otras generaciones (INEE, 2010: 61).

En el caso de la secundaria, la información utilizada proviene de los ciclos 2004-2005 al 2008-2009. Puede apreciarse que de los 620 que concluyeron la primaria en el tiempo normativo, se inscribieron al primer grado de secundaria 588 alumnos y tres ciclos escolares después se graduaron 451, esto representó 77% de la cohorte que inició en el ciclo escolar 2004-2005. Mientras que sólo 169 alumnos terminaron la secundaria dos años después (28%).

El número de alumnos que dejó la secundaria en el trayecto normativo es de 119, equivalente a 20% de la cohorte. Puede notarse que la deserción en el trayecto normativo es más importante que el abandono de secundaria en otras trayectorias y que la misma reprobación. La mayor parte de los alumnos que dejan la escuela en esta cohorte son alumnos que ya se encuentran en una situación de rezago grave.

En secundaria, aproximadamente 77% de la cohorte 2004-2005 concluyó sus estudios en forma regular, mientras que el resto transitó a una situación de rezago grave, lo cual dificulta la reinserción al sistema escolarizado, tanto por las propias restricciones de las escuelas como por las propias decisiones de los adolescentes y de sus familias.

El diagrama 2 muestra el seguimiento de una cohorte durante el trayecto completo de primaria y secundaria. Puede deducirse del diagrama que el retiro de los alumnos del paso de la cohorte bajo estudio, puede darse en tres momentos: el primero durante la primaria, el segundo en el tránsito entre primaria y secundaria, y el último durante la secundaria. Para esta cohorte, 5% de los alumnos que egresaron de la primaria no continúa sus estudios en secundaria.

El modelo de simulación elaborado recupera los egresados de primaria, dos años después de la cohorte normativa, siendo que éstos constituyen un número considerable pues representan 25% de la cohorte. Básicamente, los alumnos que finalizan uno o dos años después del periodo normativo (nueve años) son aquellos alumnos que repitieron uno o dos grados en primaria y que lograron transitar hasta secundaria.

Al final de la trayectoria ideal se puede observar que sólo 45% de la cohorte inicial egresa de la secundaria en el tiempo normativo, mientras 16.9 y 3.5% de la misma lo hace a los 10 y 11 años, respectivamente. Por lo tanto, sólo 66% de la cohorte logra concluir la educación básica en 11 años (INEE, 2010: 65).

El análisis del INEE concluye con la afirmación de que la primaria tiene un mejor desempeño que la secundaria respecto de la retención de los alumnos y en la promoción de trayectorias regulares. La repetición de alumnos es el problema más importante en la primaria; en secundaria lo es el abandono de los estudios.

En secundaria, es central conocer las causas de la deserción en el trayecto ininterrumpido de la cohorte para diseñar acciones que permitan disminuir esa deserción y acompañarlas, probablemente, de una flexibilización para retener a más alumnos.

Hasta aquí se ha considerado lo que ocurre con los alumnos que asisten a la escuela, pero no se ha incluido a quienes no asisten. Tanto el abandono como la no asistencia forman parte constitutiva del fenómeno de rezago educativo.

El censo de población ofrece alguna posibilidad de información al respecto. A partir de él se puede saber que, en 2010:

   Entre la población de seis a 11 años (13.1 millones), 416 mil no asisten a la escuela (3.2%).

   Entre los 12 a 14 años (6.5 millones), 553 mil no asisten a la escuela (15%).

Asumiendo que los que no asisten pueden incorporarse o reincorporarse en algún momento a la escuela, esto nos arroja un potencial de personas en condición de rezago, en educación básica, de 969 mil personas, al cumplir 15 años de edad. Este dato no consideraría a los que aún asistían a la escuela en el momento del censo, pero que la abandonarían antes de cumplir los 15 años.

Otro dato importante desprendido del censo es muy simple y es el siguiente: a la edad de 15 años cumplidos, es decir, el momento en que se incursiona a la condición de rezagado, existen 1.53 millones de personas que son analfabetas o que no concluyeron la primaria o la secundaria.

En suma, la cantidad de nuevas personas que caen en rezago por año es de alrededor de 750 mil, según la SEP: está claramente subestimada. Otras estimaciones, y aun la información oficial del censo de población, arrojan una cantidad de nuevas personas en rezago anuales en el rango de uno a 1.5 millones.

La cantidad de nuevos individuos en rezago que se incorporan a éste anualmente no implica, sin embargo, que el incremento neto del monto total del rezago en México sea de esa magnitud. El saldo neto anual de crecimiento del rezago sería el que resulte de restar a los nuevos rezagados aquellos que, estando ya en esa condición, logran certificarse en secundaria, mueren o migran al exterior.

En cualquier caso, alrededor de un millón de nuevos individuos en rezago anuales nos hace ver con claridad que este problema no podrá tener solución si no se atienden las dificultades de cobertura y abandono de la educación básica en México. Buena parte de los esfuerzos para abatir el rezago en los próximos años tendrá que darse a través de un incremento considerable de la capacidad de retención y certificación del sistema de educación básica. Si ello no se resuelve, el rezago seguirá reproduciéndose en montos anuales considerables. Las propuestas a este respecto serán desarrolladas en los apartados de este documento que tocan el tema de la educación básica.



9 Sin embargo, hay que advertir que el crecimiento neto anual del rezago sería de 200 mil personas, que según la misma fuente, resultan de restar a los 750 mil nuevos ingresos, 300 mil adultos que certifica el INEA en secundaria, así como 250 mil personas en rezago que emigran al extranjero o fallecen.

10 Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (2010), El derecho a la educación en México, informe, 2009.