Propuesta de grupos y áreas de atención especial

Jóvenes de 15 a 19 años con rezago en secundaria

De acuerdo con los datos analizados, en este grupo de edad se observa un esfuerzo muy importante de los jóvenes para salir de su situación de rezago pues en buena proporción continúan matriculados. El otro lado de la moneda es que la mitad de los 2.9 millones de jóvenes en rezago por carecer de secundaria en esta edad, ya abandonó la escuela.

Esta situación ocurre en los ámbitos rural y semirrural, pero en los medios urbanos es, con mucho, la principal razón del rezago educativo. En este segmento sería importante promover el no abandono de la secundaria entre los alumnos que presenten ciertos niveles de atraso, aun cuando subsista el problema de la extraedad. Programas de retención en este grupo, o de “regreso a la secundaria”, serían también la mejor estrategia a mediano y largo plazos; sería un dique para contener el rezago futuro, porque en estas generaciones de jóvenes ya se han superado, en enorme proporción, el analfabetismo y la enseñanza primaria (537 mil jóvenes de 15 a 19 son analfabetas o no concluyeron la primaria, entre sus 3.5 millones de rezagados).

Jóvenes de 20 a 34 años

Igualmente, de los 20 a 34 años todavía se puede apreciar el esfuerzo que realizan por concluir su secundaria y el momento de su ciclo de vida aún puede ser propicio para ello, incluyendo las demandas que les plantea el mercado laboral y las exigencias de una vida adulta. Tendrían que crearse o reforzarse programas especiales de secundaria para este segmento de jóvenes, considerando que la mitad son económicamente inactivos.

En el rezago reciente existe sin embargo, una porción de jóvenes que son analfabetas (837 mil) o no tienen primaria completa (2.1 millones). En estos casos, es importante estimular su incorporación a los programas que se ofrecen para atender el analfabetismo y la falta de secundaria y que éstos se abran para la población de todas las edades.

Edades activas: 35 a 49 años

En las generaciones de rezago transicional, por analfabetismo y carencia de primaria, por un lado, y el rezago por secundaria, por el otro, están presentes en forma equiparable: 45 y 55%, respectivamente. En 2010, sólo 114 mil personas de los 8.3 millones de rezagados de este grupo asistían a algún programa educativo, lo que da cuenta de la dificultad para salir del rezago en esas edades. En estas generaciones es necesario un esfuerzo integral que abarque los tres componentes del rezago, con énfasis especial en la primaria y la secundaria, mediante programas educativos especiales para la vida y el trabajo. Debe tenerse en cuenta que 60% de ellos es económicamente activo, es decir, la mayoría trabaja. Pero también resulta claro que su condición de rezago es una limitante para su incorporación al trabajo: los no rezagados de esas edades superan su Población Económicamente Activa (PEA) en 28%. Los montos también se reparten en todo el territorio nacional, pero de los 8.4 millones que conforman este grupo en rezago, 6.7 millones habitan en localidades urbanas, es decir, 80%.

Mayores de 50 años

Por lo que hace al rezago histórico (50 años o más de edad), sólo 0.7 de sus 13 millones de personas en situación de rezago participa en algún programa para salir de esa condición. Esto indica que en las edades mayores ha sido mucho más difícil lograr su incorporación a programas educativos, sea por la ausencia de opciones pertinentes, o como resultado mismo de la etapa de la vida en que se encuentran y la falta de motivación para seguir estudiando.

Los montos son muy importantes en los tres componentes del rezago: en estas generaciones están dos terceras partes del analfabetismo nacional, más de la mitad del rezago por primaria, y sólo una cuarta parte del rezago por secundaria. También están distribuidos a lo largo del territorio nacional: 4.3 millones en localidades rurales, dos millones en semirrural, y 6.7 millones en urbanas. Para estas generaciones son necesarios programas para una vida más digna, que atiendan primordialmente el analfabetismo y proporcionen los conocimientos básicos propios de la educación primaria; 60% de estas personas en rezago es población económicamente inactiva (pei).

Indígenas

Los hablantes de lenguas indígenas deben tener una atención prioritaria. Como se señaló, tres de cada cuatro están en condición de rezago, en proporciones casi idénticas en los tres componentes. El 84% es no urbano y específicamente 60% está en localidades rurales (menos de 2 500 habitantes). También se distribuyen entre todas las generaciones: 35% de rezago reciente, 27% de rezago transicional y 38% de rezago histórico. Entre los jóvenes de 15 a 19 años el mayor rezago es por falta de secundaria. Para los de 15 a 34 el componente principal es la falta de primaria, y para los de 50 y más el analfabetismo. Se requieren para ellos programas diversificados que atiendan las necesidades de las diversas etapas de la vida.

Mujeres

El rezago femenino supera al masculino en 6.7%. Las diferencias importantes se dan específicamente en el componente analfabetismo, en donde el sobrerrezago femenino es de 46.6%, en la falta de primaria es de 2.6%, y en el rezago por secundaria es de –1%. El subrezago femenino entre los más jóvenes también ocurre, aunque en otras proporciones, en las localidades rurales y semirrurales.

Las desventajas de las mujeres están en la esfera del analfabetismo en todas las edades primordialmente, y en los tres componentes del rezago después de los 35 años.

Entidades federativas

Las entidades federativas de atención prioritaria son las que presentan tasas mayores a 6% del promedio nacional. A ellas se agregan entidades que si bien por su volumen poblacional no tienen alta tasa de rezago, se aproximan a un millón o más de rezago absoluto. En total, estas 13 entidades que concentran 70% del rezago nacional. Entre ellas, hay diferencias en términos de los componentes de rezago que predominan y que hay que atender primordialmente. Se muestran a continuación (cuadro 12).

Analfabetas

Todas las formas de rezago educativo constituyen una limitante para el desarrollo individual y social. Sin embargo, el analfabetismo es la forma extrema del rezago, porque no sólo limita, sino margina totalmente a la población que lo padece, impidiendo formas elementales de comunicación y de acceso a información útil para la vida. La superación del analfabetismo debe ser una de las metas más importantes a cubrir en los próximos años. En México, con 5.3 millones de analfabetas (6.8% de la población mayor de 15 años), el fenómeno presenta altas concentraciones: dos de cada tres analfabetas son mujeres; 70% está en comunidades no urbanas y lo padece una cuarta parte de la población indígena. Dos tercios tienen más de 50 años de edad.

Cuadro 12. México: población de 15 años y más en situación de rezago por entidades federativas seleccionadas, 2010

Fuente: INEGI, XIII Censo de Población y Vivienda 2010, Ags., México.