Políticas para reorientar el servicio social

Una acción prioritaria debe ser la revaloración del servicio social como eje fundamental de la vinculación de los estudiantes con la sociedad; en este sentido, la definición y difusión de políticas orientadas a garantizar el cumplimiento de la normatividad vigente y la congruencia de los programas en el contexto de la formación integral de los alumnos, hace necesario identificar las áreas de oportunidad e implantar acciones orientadas a buscar la pertinencia e impacto del servicio social universitario.

Vale la pena considerar el enorme capital humano y social de carácter estratégico que representa el servicio social, el cual no ha sido aprovechado por el Estado mexicano; de acuerdo con estimaciones de la ANUIES, la oferta potencial de prestadores de servicio social en el nivel nacional asciende a casi 900 mil al año (Mungaray y Ocegueda 1999); este talento acumulado significa un extraordinario recurso que debe ponerse a disposición de las necesidades económicas, sociales y culturales de la nación.

Con base en lo anterior y partiendo de la necesidad de rescatar el sentido y la función eminentemente social que el servicio social debe cumplir, se propone establecer un Programa Nacional de Servicio Social que articule las instituciones de educación superior con todos los sectores; que norme las acciones y contemple un programa de supervisión y evaluación, con indicadores claros acerca del impacto que esta actividad tiene en relación con la formación de los estudiantes, así como en la población y que gestione y distribuya las becas asignadas a los prestadores.

El programa deberá contemplar las siguientes acciones:

  Información permanente, a fin de orientar y sensibilizar a los alumnos, desde etapas tempranas de su vida escolar, sobre la importancia del servicio social, así como para informar a las instituciones y dependencias receptoras de prestadores sobre la normatividad y los objetivos del servicio social y así garantizar la pertinencia de los programas.

  Diseñar e implantar programas de servicio social que permitan incrementar su impacto en beneficio de la sociedad, con la participación de las instituciones de educación superior y con los gobiernos federal, estatales y municipales, así como con las instituciones del sector social, que incidan en la búsqueda de alternativas de solución de los problemas más importantes del país, y que cuenten con asesoría académica para los prestadores de servicio social. En este sentido, el servicio social de los estudiantes de la carrera de medicina y de otras profesiones de la salud, es un ejemplo de los programas que deberán ser impulsados por las instituciones educativas.

  Diseñar e implantar nuevas opciones o formas de participación que lleven a los estudiantes a desarrollar un verdadero concepto de solidaridad social que permita ampliar el espectro de posibilidades para su inserción en el mercado de trabajo.

  Impulsar la celebración de convenios de colaboración entre las ies y los sectores público y social que permiten el desarrollo de programas que garantizan la aplicación de la normatividad vigente, que los alumnos participen en programas pertinentes y con impacto social, y que cuenten con la infraestructura y condiciones óptimas para el desarrollo de los programas.

  Recuperar el programa de becas para prestadores de servicio social que participen en proyectos con impacto social e incorporar a los académicos que fungen como asesores de los estudiantes.

  Apoyar a los alumnos en su titulación mediante la incorporaración de la memoria del servicio social como opción de titulación.

  Reconocer la participación de los alumnos en programas con impacto social, a través de premios y reconocimientos a las labores destacadas de los alumnos en programas con impacto social y atención directa a la sociedad.

  Identificar fuentes alternas de financiamiento para el desarrollo de proyectos productivos, en donde las IES participan como gestores de los recursos de los gobiernos federal, estatales y municipales, así como para impulsar mecanismos de vinculación con organizaciones e instancias civiles no gubernamentales y locales con autosuficiencia presupuestal, cuyos programas coadyuvan a mejorar el nivel y calidad de vida de los habitantes de diversas regiones del país y consideran la participación profesional de estudiantes universitarios con actividades orientadas al desarrollo comunitario.

  Implantar un sistema de supervisión y evaluación que permita, por una parte, conocer la pertinencia y el impacto de los programas en la formación profesional de los prestadores y en los beneficios a la sociedad; y por otra, retroalimentar a las instancias académicas para la revisión y actualización de sus planes y programas de estudio.

Finalmente, es necesario reiterar que el servicio social debe ser reconocido como un proceso fundamental en la formación integral del alumno, así como una estrategia para el desarrollo social que requiere una mejor organización al interior de las instituciones educativas y una mayor vinculación con los sectores público y social que conlleve a la instrumentación de programas con un verdadero impacto social.