Propuestas

  Impulsar las actividades culturales con programas que fomenten la creatividad y tengan como meta lograr que todos los estudiantes de los diferentes niveles educativos tengan acceso, participación y disfruten de las manifestaciones artísticas y del patrimonio cultural, histórico y artístico, como parte de su desarrollo como seres humanos, con un impulso sustancial al fomento a la lectura.

  Con el fin de fortalecer la enseñanza y la divulgación del arte y la cultura en el sistema educativo, es recomendable prolongar el horario de permanencia de niños y jóvenes en las escuelas.

  Es necesario destinar recursos para la remodelación, ampliación y equipamiento de instalaciones para el deporte y la cultura, como formas de alejar a los niños y jóvenes de los riesgos de las adicciones y como una opción para el uso del tiempo libre.

  Fortalecer la integración de los programas independientes en un programa nacional para dar mayor difusión y recursos para su implementación.

  Establecer un sistema nacional para la incorporación de todos a la cultura que facilite el acceso gratuito a eventos culturales y artísticos, así como para la promoción de eventos culturales de calidad de nivel local municipal, estatal y nacional.

  Incorporar la figura de supervisor o inspector cultural para garantizar que en todos los niveles educativos se cumpla con los objetivos relacionados con la enseñanza y la divulgación del arte y la cultura.

  Vincular a los órganos locales creadores y promotores de la cultura con los diferentes niveles educativos.

  Incorporar los libros de texto uno dedicado a fomentar la creatividad en los estudiantes desde etapas tempranas “La cultura y yo” con ejercicios de pintura, escultura, apreciación musical y creación literaria.

  Establecer una cartilla cultural en la que los estudiantes de todos los niveles educativos lleven un registro de su participación en actividades culturales y artísticas.

  Establecer consejos ciudadanos enfocados a crear una cultura del televidente juvenil e infantil. El Estado debe regular, con base en acuerdos de la sociedad, el contenido de los programas infantiles, que en muchos casos sólo limitan la creatividad de los niños y adolescentes, convirtiéndolos en seres pasivos, sin opinión personal, sedentarios, que no aprecian entre lo bueno y lo aberrante.