La evaluación de la educación superior

El interés en la calidad de la educación superior no es reciente; desde hace más de cuatro décadas se han hecho intentos para mejorarla por medio de propuestas y políticas enfocadas primero a la planeación y después a la evaluación. Los esfuerzos orientados a evaluar algunas de las funciones fundamentales de las IES se han hecho gradualmente; el progreso ha sido lento a pesar de que varias prácticas de evaluación se han institucionalizado.

En documentos de la ANUIES, fundada en 1950, se encuentran evidencias56 del interés de sus miembros en atributos como la eficiencia y la pertinencia, que hoy se consideran indicadores de calidad de la educación. Con la experiencia de las acciones realizadas en la década de los setenta,57 en 1978 la ANUIES y la sep propusieron las bases para la planeación de la educación superior en México. Con sustento en la Ley para la Coordinación de la Educación Superior,58 en 1979 se creó el Sistema Nacional de Planeación Permanente de la Educación Superior (SINAPPES) integrado por la Coordinación Nacional para la Planeación de la Educación Superior (CONPES) y por las unidades de planeación de los estados, que tuvieron entre otras responsabilidades proponer, difundir y evaluar políticas generales para la educación superior. Se sientan así las bases del inicio de la evaluación de la educación superior.

Etapa inicial

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) impulsó desde 1976 el establecimiento de un Sistema Nacional de Posgrado. En 1983 creó el primer Programa de Fortalecimiento del Posgrado Nacional (PFNP) cuyos principales objetivos fueron contribuir a mejorar la calidad del posgrado; incrementar el número de profesores y alumnos; promover el aprovechamiento de los centros nacionales de investigación, principalmente los de mayor calidad, y la productividad en la formación de recursos humanos; apoyar la descentralización gradual del posgrado y apoyar el mejoramiento de su infraestructura. Con el fin de fundamentar sus decisiones para otorgar apoyos a los programas de posgrado se integraron comités de evaluación que, mediante visitas in situ a los programas, realizaron diagnósticos de sus fortalezas y carencias en 1984 y en 1987; en ambas evaluaciones se destacaron problemas como la baja eficiencia terminal, altos índices de deserción, baja matrícula, profesorado con sólo grados de maestría y licenciatura, poca experiencia en investigación y baja productividad científica, desvinculada de la formación de recursos humanos.59, 60

En el Programa Nacional Indicativo del Posgrado,61 publicado en 1989, la evaluación se asume como un proceso integral, continuo, participativo y crítico que deberá desarrollarse en etapas y cuyos resultados se empleen para la retroalimentación, reestructuración y consolidación del posgrado. Aunque las comisiones dejaron de funcionar, el CONACYT estableció en 1991 el Padrón de Programas de Posgrado de Excelencia en el que se definieron los lineamientos y las estrategias generales para atender los problemas detectados en los diagnósticos y los mecanismos para evaluar la calidad de los programas de posgrado; en este padrón se debían registrar los programas para obtener becas y recursos para consolidar su infraestructura.

Años más tarde el CONACYT se instituye como la instancia encargada de determinar criterios, evaluar y otorgar financiamiento para mejorar la calidad del posgrado. Con la participación de la SEP, el CONACYT y la ANUIES se cambia el nombre Padrón de Posgrados de Excelencia por el de PFPN. Propuso clasificar los programas en dos categorías: Programa Nacional de Posgrado (PNP) y Programa Integral de Fortalecimiento al Posgrado (PIFOP), este último con dos niveles: programas de alto nivel y con nivel internacional. Otro cambio consiste en que en vez de reconocer solamente los programas orientados a la investigación y al desarrollo tecnológico, permite el ingreso de programas de orientación profesional. El PFPN tuvo como propósito acreditar y reconocer los posgrados que requerían apoyo para su consolidación por medio del Programa Integral de Fortalecimiento al Posgrado (PIFOP), con el objetivo de que en un periodo de tiempo determinado pudieran incorporarse al Programa Nacional de Posgrado (PNP).62, 63, 64

Actualmente el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) comprende el Padrón Nacional del Posgrado (PNP) que incluye los programas de competencia internacional y los consolidados y el Programa de Fomento a la Calidad (PFC) en donde se ubican los programas en proceso de consolidación y los de reciente creación. Para su acreditación se toman en cuenta tres funciones: la formación de personal de alto nivel en los campos profesional o de investigación, la investigación científica y tecnológica y la vinculación de la formación de recursos humanos con la sociedad.

Con la evaluación que realiza el CONACYT se ha fortalecido el posgrado nacional y se han identificado programas comparables con posgrados internacionales de calidad. Al otorgar becas a los alumnos, como parte del reconocimiento a los programas de posgrado, éstos se ven obligados a implementar mejoras que conllevan a elevar su calidad.

En 2011 estaban registrados en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) 1 374 programas, de los cuales 124 (9%) son de calidad internacional, 575 (41.8%) consolidados, 434 (31.6%) en desarrollo y 241 (17.5%) de creación reciente. Del total, 21% era de doctorado, 57% de maestría y 12% de especialidad. El número de programas registrado en el PNPC aumentó de 654 en 2002 a 1 374 en 2011.65

En 1984 se estableció el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) para reconocer la labor de las personas dedicadas a producir conocimiento científico y tecnológico. Para otorgar el nombramiento de investigador nacional se realiza una evaluación por pares y se entregan estímulos económicos, cuyo monto varía de acuerdo con el nivel asignado. En 1984 había registrados 1 396 investigadores, cifra que ha ido aumentando hasta llegar a 17 639 en 2011.66

El sni es un sistema para evaluar la productividad de los investigadores en cuyo diseño participaron los propios investigadores; ha reunido información sobre la producción científica y tecnológica y sobre los investigadores, y ha logrado reconocimiento en las ies y entre el propio gremio. También ha sido objeto de críticas por parte de académicos e investigadores que consideran que algunos criterios e indicadores no son apropiados para todas las áreas de conocimiento y cuestionan que la beca no se haya integrado al salario.

Ambos tipos de evaluación han permanecido vigentes hasta la fecha.

Etapa de “despegue”

La década de los noventa representa el periodo en que la evaluación adquiere auge en la educación superior; se proponen acciones y políticas orientadas a la evaluación de instituciones, programas académicos, profesores y el aprendizaje de los alumnos. De las propuestas que se hicieron en este periodo se consolidaron las siguientes instancias y programas: los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de las Instituciones de Educación Superior (CIEES), el CENEVAL, el Programa de Mejoramiento del Profesorado de las Instituciones de Educación Superior (PROMEP), el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI) y el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES).

En el Programa para la Modernización Educativa 1989-1994 se establecieron los lineamientos estratégicos para la evaluación permanente de la educación superior, que dieron lugar en 1989 a la creación de la Comisión Nacional de Evaluación de la Educación Superior (CONAEVA) que formó parte de la Coordinación Nacional para la Planeación de la Educación Superior (CONPES). Esta comisión se creó con la finalidad de impulsar un proceso de evaluación nacional mediante criterios generales y políticas que condujeran a mejorar las condiciones de la educación superior. Formuló el marco conceptual y operativo para el Sistema Nacional de Evaluación y estableció, como estrategias, la evaluación institucional, la evaluación del sistema de educación superior y la evaluación interinstitucional de programas y proyectos educativos.67

Instituciones

En julio de 1990, en asamblea de la ANUIES, se aprobó la propuesta de lineamientos para la evaluación de la educación superior, entre ellos, la creación de los ciees. El siguiente año se definieron sus características, organización, mecanismos de coordinación y ámbitos de trabajo, así como aspectos de carácter operativo. Su propósito fue conocer la situación de los programas de licenciatura y de posgrado para detectar logros y áreas de oportunidad y proponer estrategias de mejoramiento de la calidad. En la práctica, la evaluación y acreditación de los programas de posgrado han estado a cargo del CONACYT.

Los CIEES tienen como objetivos

[…] coadyuvar al mejoramiento de la calidad de la educación superior en México a través de la evaluación diagnóstica de los programas académicos que se ofrecen en las instituciones de este nivel de estudios; propiciar que los modelos de organización académica y pedagógica orienten al aprendizaje como un proceso a lo largo de la vida, enfocado al análisis, interpretación y buen uso de la información más que a su acumulación; coadyuvar a la promoción de la evaluación externa interinstitucional de los programas de docencia, investigación, difusión, administración y gestión de las Instituciones de Educación Superior del país; procurando que los resultados se utilicen en la toma de decisiones de las instituciones educativas y gubernamentales.68

Actualmente cuenta con nueve comités integrados por pares académicos de las ies de todo el país, que representan áreas disciplinarias del conocimiento y algunas funciones transversales. A partir de 1993 se han evaluado los institutos tecnológicos públicos, desde 2004 las universidades técnicas y desde 2008 las escuelas normales y las normales particulares. En 2011 se habían evaluado 3 067 programas, de los cuales 73% se encuentra en el nivel 1, 22% en el 2 y 5% en el 3; hasta el 31 de julio de 2012 se habían evaluado 3 909 programas, preponderantemente de instituciones públicas.69

El COPAES se creó en 2000 como resultado de un acuerdo de la SEP y la ANUIES con el fin de contar con una entidad oficial que diera un reconocimiento formal —certificación— a organismos constituidos por grupos o gremios profesionales que actúan como acreditadores de carreras impartidas en las IES. Antes de la creación de COPAES, los CIEES realizaban la evaluación de los programas académicos con fines de diagnóstico, y ambos organismos tuvieron el mismo director hasta 2010, año en que se separan. La acreditación de un programa tiene una vigencia de cinco años, al término de la cual el programa debe ser reevaluado. En septiembre de 2012, el COPAES había certificado a 27 organismos que habían acreditado 2 396 programas, la mayoría de instituciones públicas.70

Alumnos

En 1994, por acuerdo de una asamblea de la ANUIES, se creó el CENEVAL. Este centro diseña y aplica, además de los exámenes nacionales y metropolitano de ingreso al bachillerato (Exani I), los de diagnóstico de los alumnos que desean ingresar a los estudios de educación media superior, los nacionales de ingreso y de diagnóstico de licenciatura (Exani II) y los nacionales de ingreso a posgrado (Exani III). De este conjunto constituyen una excepción los de ingreso al bachillerato y a la licenciatura, que se aplican a los aspirantes a la unam, así como los de diagnóstico, que realiza la institución. Para evaluar a los egresados de las IES, el CENEVAL diseña los Exámenes Generales para el Egreso de la Licenciatura (EGEL) de 33 profesiones; elabora además el Examen Intermedio de Licenciatura en Ciencias Básicas de Ingenierías y exámenes transversales por campo de conocimiento: Estadística (ExTra-Es) y de Competencia Comunicativa y Pensamiento Crítico para la licenciatura (ECCYPEC); exámenes para la certificación de competencias laborales y los que se aplican para expedir certificados de bachillerato y títulos profesionales, con base en los acuerdos 286 y 357 de la sep. La aplicación de estos exámenes depende de la decisión de las IES.

El CENEVAL tiene disponibles 133 pruebas o cuestionarios que incluyen además de los anteriores, a los exámenes especiales para las universidades tecnológicas, la Universidad Pedagógica Nacional, el Conalep y otras dependencias. Ha administrado y operado el examen de poco más de 21 millones de personas.

Docentes

Entre las acciones relacionadas con la evaluación de los maestros se encuentra el Programa de Carrera Docente, creado en 1991, que cada institución pública operó con sus propios criterios para otorgar un estímulo económico. En 1996 inicia el PROMEP71 con el propósito de elevar el nivel del profesorado, bajo el supuesto de que al impulsar la superación en la formación, dedicación y desempeño de los cuerpos académicos se elevaría la calidad de la educación superior. Se otorgan becas a profesores de carrera de las universidades públicas para realizar estudios de posgrado en programas de reconocida calidad, nacionales y del extranjero; se apoya la contratación de nuevos profesores de tiempo completo que preferentemente ostenten el grado académico de maestría o de doctorado y la reincorporación de “ex becarios promep” después de haber terminado en tiempo sus estudios. También se reconoce a profesores de tiempo completo que cumplen sus funciones —generación y aplicación del conocimiento, docencia y tutorías y gestión académica— con eficacia y de manera equilibrada, y apoya el fortalecimiento de cuerpos académicos, así como la integración de redes de colaboración de cuerpos académicos. En 2007 PROMEP operó en 129 ies; en 2008 se incorporaron las instituciones del subsistema de institutos tecnológicos; en 2009 las escuelas normales y los institutos tecnológicos descentralizados; y en 2010 las universidades interculturales, hasta alcanzar 645 instituciones en 2012.

Los recursos del PROMEP se distribuyen con base en las necesidades de formación de profesores de carrera que cada institución ha justificado en su plan de desarrollo, el cual forma parte del marco del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI). De finales de 1996 a diciembre de 2011 se habían otorgado 7 741 becas a profesores de universidades públicas para realizar estudios de posgrado de calidad (5 342 nacionales y 2 399 para el extranjero). De este grupo se graduaron 4 803 profesores: 3 074 de doctorado —de los cuales 44% están en el SNI—, 1 705 de maestría y 24 de especialidad. En el mismo periodo el programa contribuyó a aumentar el número de profesores de tiempo completo de 14 270 a 31 018; con doctorado de 1 242 a 11 721 y con maestría o especialidad de 3 853 a 7 149. En 2003 estaban registrados 2 971 cuerpos académicos (91% en formación, 7% en consolidación y 2% consolidados) y en 2011 había 3 888 registrados (54.5% en formación, 29.04% en consolidación y 16.46% consolidados).

El PIFI es una estrategia de la SEP para apoyar a las ies en el mejoramiento de la calidad de sus programas educativos y servicios, mediante el cual les asigna recursos para atender las prioridades derivadas de una planeación estratégica. Destinado originalmente sólo a las instituciones universitarias, hoy se acompaña de variantes para los institutos tecnológicosProgramas Institucionales de Innovación y Desarrollo (PIID)— y para las escuelas normales Planes de Desarrollo Institucional (PDI)—. Ha evolucionado en sus componentes, indicadores, ámbitos de incidencia, formatos y procedimientos para evaluar las propuestas y solicitudes de las ies, desde la versión del año 2001 a la de 2008.

La normativa que regula la elaboración y evaluación de los PIFI plantea criterios e indicadores para identificar rasgos de calidad en las ies en relación con dos ámbitos principales: la oferta de programas educativos y las características de los profesores y grado de consolidación de sus cuerpos académicos —proporción de profesores de tiempo completo, con posgrado, con perfil PROMEP o que pertenecen al SNI—; la competitividad académica entendida por el conjunto de atributos de los programas educativos —proporción de programas con nivel 1 de CIEES o acreditados por COPAES y programas de posgrado registrados en el Padrón del CONACYT—; proporción de población matriculada en estos programas, nuevos enfoques educativos, tecnologías efectivas, planes de estudio flexibles, tutorías, acciones que favorecen el desempeño de los estudiantes, pertinencia de los programas educativos, tasas de deserción, rezago, egreso y titulación. El PIFItoma en cuenta las normas ISO en la gestión de la institución, la contabilidad, las finanzas, el control escolar y, especialmente, en el desarrollo y avance en sistemas de información confiables y transparentes.72

En 2004 la SEP instaló el Consejo Consultivo de Certificación Profesional para vigilar el ejercicio profesional, con apoyo de las asociaciones y colegios de profesionistas. Hasta abril de 2012 la lista de las asociaciones y colegios de profesionistas a las que se les ha otorgado el reconocimiento asciende a 101, pero no todos están llevando a cabo actividades de certificación de sus agremiados.

Esfuerzos para integrar un sistema de evaluación de la educación superior

En noviembre de 2011 se instaló la Comisión de Coordinación de los Organismos de Evaluación de la Educación Superior (COCOEES) que tiene entre sus objetivos:

[…] alinear y armonizar funciones y garantizar la congruencia de propósitos de los organismos evaluadores, acreditadores y certificadores de la educación superior; fortalecer las prácticas de evaluación en la educación superior conforme a los criterios aceptados nacional e internacionalmente, así como proponer adecuaciones a los marcos de referencia, indicadores y estándares para transitar de una evaluación de insumos y procesos a otra que ponga el acento en los resultados en el desempeño de estudiantes y del personal académico.

Participan CONACYT, ANUIES, CENEVAL, CIEES, COPAES y las asociaciones nacionales de universidades tecnológicas y universidades politécnicas, entre otros organismos. Presidirá la COCOEES durante dos años el subsecretario de educación superior quien designó como secretario técnico del pleno al director de Instituciones Particulares de Educación Superior de la SEP. El pleno de la comisión determinó integrar grupos de trabajo a cargo de la evaluación y acreditación de los programas educativos, la evaluación del desempeño del personal académico, del desempeño de estudiantes, y de la certificación de profesionistas y acreditación institucional.73 Los objetivos de esta comisión parecen responder a una propuesta que elaboró un grupo de trabajo a solicitud de la ANUIES,74 en el que se señalaron los principales logros y retos de los programas y organismos de evaluación de la educación superior.75

Logros de la evaluación de la educación superior

En los últimos 20 años se han propuesto políticas y acciones de evaluación que han culminado en el establecimiento de organismos, instancias y estrategias destinados a evaluar las instituciones, los programas de licenciatura y posgrado, los investigadores, los docentes y los alumnos. De manera sucinta se enumeran algunos de los logros:

  Las prácticas de evaluación y de planeación se han instaurado en las IES.

  Se han establecido procesos de evaluación y de acreditación destinados al aseguramiento de la calidad de la educación superior.

  Se dispone de más información sobre las condiciones, necesidades, procesos y resultados de las instituciones.

  Se han formulado criterios e indicadores de calidad de la educación superior.

  La sociedad está más alerta a los resultados de algunas evaluaciones.

  Los indicadores de calidad que reportan programas y organismos como el promep, el PIFI, los CIEES, el COPAES y el CONACYT muestran avances en las ies.

  Las instituciones y numerosos programas académicos de licenciatura y de posgrado disponen de instrumentos para mejorar la selección de sus aspirantes.

  El SNI ha contribuido a retener a muchos investigadores en sus instituciones; los investigadores tienen una mayor conciencia de la importancia de la productividad en la investigación y los docentes lo están de sus obligaciones.

  Se tiene más conciencia de la necesidad de formar especialistas en evaluación.

Retos de la evaluación de la educación superior

A pesar de los avances logrados en la evaluación de la educación superior persisten desafíos que deben afrontarse si se quiere que la evaluación cumpla con su finalidad esencial: mejorar la calidad de la educación.

  Revisar la evaluación de las instituciones, de los programas y de la planta académica con el fin de que se reconozcan especificidades de sus contextos y disciplinas, se eviten duplicidades y se articulen mejor los distintos instrumentos y organismos de evaluación.

  Reglamentar la evaluación y la acreditación de la educación superior que comprenda también a las instituciones privadas.

  Transitar a un proceso integral de evaluación en el que se incluyan indicadores cuantitativos y cualitativos de insumos, procesos y resultados para fundamentar los juicios y las interpretaciones que conlleva todo ejercicio de evaluación.

  Simplificar los procedimientos de evaluación de programas e instituciones para que demanden menos tiempo y recursos a las instituciones, y que tanto los procesos como las recomendaciones sean útiles para su mejoramiento.

  Diseñar un sistema de información confiable y útil para analizar el progreso de las instituciones y de los programas escolarizados, abiertos y a distancia.

  Lograr que los pares que realizan procesos de evaluación tengan experiencia en este ámbito.

  Evitar que el financiamiento extraordinario asociado a los resultados de las evaluaciones dé lugar a distorsiones indeseables que no se traducen en la mejora del programa o de la institución.

  Reglamentar el funcionamiento de los organismos evaluadores de programas de licenciatura con el fin de que sus vías de financiamiento y actuación sean transparentes.

  Determinar mecanismos de seguimiento que permitan saber en qué medida los programas y las instituciones han mejorado sus procesos de planeación y de gestión, sus funciones sustantivas, su planta académica y sus resultados.

  Incrementar la transparencia en la difusión de los resultados.

  Evaluar si los diversos métodos, procedimientos y mecanismos de evaluación están contribuyendo a mejorar la calidad de la educación superior.



56 En acuerdos y resoluciones de las asambleas ordinaria y extraordinaria de la ANUIES en 1971 se refleja el interés en temas que hoy en día son objeto de evaluación, como “lo que el educando debe saber al término de cada ciclo”; “la formación y actualización del conocimiento de profesores”; “establecer un proceso de evaluación y comunicación de resultados”; “un manual de indicadores básicos para la evaluación del sistema universitario”; “elaborar un proyecto para la creación de un centro nacional de exámenes y certificación a cargo de las ies” (anuies, 2012).

57 Destacan la primera evaluación en el Subsistema de Educación Tecnológica que se realizó en 1978, la evaluación del subsistema tecnológico y de cada una de sus instituciones, que se llevó a cabo en 1979, bajo la coordinación del Consejo del Sistema Nacional de Educación Tecnológica (Cosnet), y una resolución de 1973 que establece que cada institución deberá diagnosticar los factores internos y externos que estimulan o limitan el desarrollo y mejoramiento de sus funciones de docencia, investigación y servicio a la sociedad, compromiso de autoevaluación que sólo cumplieron algunas instituciones (anuies, 2012).

58 Es desde entonces el sustento legal de las decisiones relativas al financiamiento y distribución de responsabilidades entre los distintos órdenes de gobierno, así como de las regulaciones respecto a las universidades, institutos tecnológicos y escuelas normales (anuies, 2012).

59 Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), “Programa de Fortalecimiento del Posgrado Nacional 1983-2006”, CONACYT, 2006, http://www.CONACYT.gob.mx/Becas/Posgrados_Convocatorias_2006/1983_PFPN.pdf. Consultado el de septiembre de 2012.

60 Olivia Mireles Vargas, “Política de evaluación de la calidad del posgrado en México: breve recuento de las últimas dos décadas”, Calidad en la Educación, núm. 29, diciembre de 2008, http://www.cned.cl/public/secciones/seccionpublicaciones/doc/60/cse_articulo754.pdf. Consultado el 4 de septiembre de 2012.

61 El objetivo del programa fue “ofrecer recomendaciones, criterios y lineamientos que permitan a las universidades e instituciones de educación públicas y privadas planear, organizar, evaluar, coordinar y financiar sus estudios de posgrado con el fin de consolidar el Sistema Nacional de Posgrado” (Comisión Nacional del Posgrado, 1989).

62 Olivia Mireles Vargas, “Política de evaluación de la calidad del posgrado en México: breve recuento de las últimas dos décadas”, op. cit.

63 Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), “Programa de Ciencia y Tecnología 1995-2000”, 1995, http://www.siicyt.gob.mx/siicyt/cms/paginas/progCyT9500.jsp. Consultado el 5 de septiembre de 2012.

64 Clara Martha Adalid y Diez de Urdanivia, “CONACYT y el posgrado: Políticas evaluación de calidad”, 2011, http://administracion.azc.uam.mx/descargas/revistagye/rv40/rev40art07.pdf. Consultado el 20 de septiembre de 2012.

65 Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), “Informe General del Estado de la Ciencia y la tecnología 2011”, 2011, http://www.siicyt.gob.mx/siicyt/cms/paginas/InfoGralEstCyT0207.jsp. Consultado el 5 de septiembre de 2012.

66 Idem.

67 Rafael, López Castañareset al., “Inclusión con responsabilidad social” (2012), http://www.anuies.mx/c_social/pdf/inclusion.pdf. Consultado el 20 de septiembre de 2012.

68 Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior-Secretaría de Educación Pública (ciees-sep), http://www.ciees.edu.mx/ciees/quesonciees.php. Consultado el 3 octubre de 2012.

69 Idem.

70 Consejo para la Acreditación de la Educación Superior, A. C. (COPAES), http://www.copaes.org.mx/FINAL/inicio.php. Consultado el 3 de octubre de 2012.

71La educación superior en el siglo XXI. Lineamientos estratégicos para su desarrollo”, documento de la ANUIES, fue tomado en cuenta por el gobierno en su Programa Nacional de Educación 2001-2006, en el que plantea entre sus objetivos estratégicos el de una educación superior de buena calidad. A éste corresponden siete programas: fortalecimiento integral de las instituciones públicas de educación superior (PIFI); mejora del profesorado y consolidación de cuerpos académicos (PROMEP); atención a los estudiantes antes de su ingreso a la educación superior, durante su permanencia y hasta su egreso; enfoques educativos centrados en el aprendizaje; fortalecimiento del posgrado nacional (PFPN); fortalecimiento del servicio social y evaluación y acreditación de la educación superior (Arredondo, Pérez Rivera y Moran, 2006).

72 Rafael López Castañares et al., “Inclusión con responsabilidad social”, 2012, http://www.anuies.mx/c_social/pdf/inclusion.pdf. Consultado el 20 de septiembre de 2012.

73 Secretaría de Educación Pública-Subsecretaría de Educación Superior (SEP-SES), “Se instala la Comisión de Coordinación de los Organismos de Evaluación de la Educación Superior (COCOEES)”, 2012, http://www.ses.sep.gob.mx/wb/ses/la_evaluacion_es_primordial/. Consultado el 19 de octubre de 2012.

74 “Evaluación, certificación y acreditación en la educación superior de México. Hacia la integración del Subsistema para Evaluar la Educación Superior (SEES)”, documento aprobado por la Asamblea General de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior en su XXXIX Sesión Ordinaria (24 de octubre de 2008), a fin de ser presentado a la Secretaría de Educación Pública como el marco que define la participación de la Asociación en la evaluación del sistema educativo nacional.

75 Secretaría de Educación Pública-Subsecretaría de Educación Superior (SEP-SES), “Se instala la Comisión de Coordinación de los Organismos de Evaluación de la Educación Superior (COCOEES)”, 2012, http://www.ses.sep.gob.mx/wb/ses/la_evaluacion_es_primordial/. Consultado el 19 de octubre de 2012.