Una nueva generación de políticas para el cambio del sistema educativo

El sistema educativo mexicano requiere retomar su filosofía y su misión acerca de la importancia de educar y de formar al ciudadano de este siglo. Las autoridades del país asumirán la responsabilidad de conferir a la educación y la cultura el lugar de más alta prioridad para que el país se transforme de acuerdo con los nuevos tiempos. El sistema educativo necesita cambios cualitativos que den pleno soporte a la transformación social conducida por un nuevo modelo de desarrollo.

La formulación y conducción de la política educativa, en su sentido más amplio, le corresponde al Estado mexicano, lo que a su vez implica una recuperación de la importancia de lo público y el establecimiento de relaciones positivas entre lo público y lo privado, un nuevo pacto con la sociedad, la capacidad de acuerdos políticos y la marcha hacia nuevos contenidos éticos vinculados a la creación de una cultura política con base en valores democráticos.

En esta propuesta se parte de la premisa de que el cambio del sistema educativo es tarea de todos los mexicanos y de todas las instituciones de carácter social. Un sistema educativo sólido nos dará certeza a los mexicanos de que somos un país que tiene condiciones y posibilidades de avanzar para que toda su población tenga expectativas de futuro y goce de más altos niveles de bienestar. Es tiempo de hacer un compromiso histórico con la educación, lo cual requerirá reformas y recursos, contenidos en una visión de largo alcance.

En resumen, este plan está pensado para romper los circuitos que reproducen la desigualdad y la pobreza; crear una fuerza de trabajo que le dé dinamismo, competitividad y sostén al sistema económico; lograr que mediante la educación y el conocimiento el país consiga una inserción oportuna y eficiente en la sociedad del conocimiento; armonizar el aprendizaje de habilidades, conocimientos y destrezas, con valores y una visión humanista para impulsar el desarrollo nacional y presentar lineamientos para tener un marco de políticas educativas y científico-tecnológicas integradas.

Para transformar el sistema educativo de México teniendo como mira el año 2023, será necesario seguir, como mínimo, las siguientes estrategias políticas:

1. Erradicar el analfabetismo y abatir el rezago educativo. Dicho rezago no es un rasgo de las personas sino del sistema educativo, que no ha podido proporcionar educación suficiente a toda la población. En adelante, el Estado mexicano es responsable de que todo niño aprenda a leer y escribir antes de los ocho años. El sistema educativo fijará políticas para combatir lo que podría llamarse el rezago frente a las condiciones educativas del ámbito internacional; asimismo, para reducir la brecha digital.

2. Disminuir las tasas de deserción escolar en todos los niveles educativos y generar las condiciones en las escuelas para la permanencia y la conclusión de los ciclos escolares. Todos los niños y jóvenes tendrán derecho a una educación de calidad; el Estado garantizará su asistencia a la escuela hasta concluir la enseñanza media superior.

3. Garantizar el aprendizaje en la escuela a lo largo de la vida. En la era de la globalización y la economía del conocimiento, contar con una fuerza de trabajo educada y altamente capacitada es básico para sostener la transformación productiva y resulta crítico para que todos los ciudadanos tengan oportunidades de estar activos en la economía.

4. Asumir la existencia de culturas indígenas diversas para que se otorgue enseñanza en la lengua de cada una de ellas. En la planeación y ejercicio de la educación indígena participarán cada una de las etnias según su lengua. Se trata de crear un subsistema educativo específicamente dirigido a los indígenas.

5. Establecer objetivos y metas ambiciosas y viables para el país en materia de educación, ciencia y tecnología. Esto incluye otorgar una educación de la más alta calidad para toda la población y la generación de conocimiento en los temas prioritarios para el desarrollo local, regional y nacional. La calidad es multidimensional y debe ser entendida como la adquisición de conocimientos, capacidades y valores que le sirvan al estudiante para insertarse en la sociedad de una manera creativa y comprometida con su desarrollo. Una educación de calidad otorga las herramientas, habilidades y códigos indispensables para vivir en la sociedad de este siglo; sirve, además, para fortalecer a las comunidades locales y para generar un mejor aprovechamiento de las oportunidades de trabajo. Una buena educación ética y cívica produce buenos ciudadanos. Un sistema educativo de calidad es la base de la investigación y el desarrollo de la ciencia, que es un proceso sistémico.

6. Impartir una educación de calidad está relacionado con el impulso al magisterio, particularmente en el nivel preescolar y básico. La carrera magisterial requiere mejorar el reclutamiento del profesorado. Asimismo, dicha carrera debe contar con programas de actualización serios y ofrecer los tiempos para que los profesores puedan tomarlos. La carrera magisterial debe estar acompañada de una revisión de los mecanismos que reconocen el prestigio social de los profesores, así como de una evaluación formativa y de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

7. Mejorar la educación básica es uno de los principales retos. Tiene que ver con la renovación del currículo y de los libros de texto. También con la incorporación de nuevas tecnologías que confieren mayor trascendencia a la transmisión del conocimiento. Es necesario analizar la ampliación del tiempo en la escuela e introducir el manejo de lenguajes literario, matemático y técnico. Además de una mejor formación en lengua nacional, la enseñanza del inglés como lengua franca es necesaria. No menos importante es mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las lenguas originales, en especial en los ámbitos de población indígena. Asimismo, la formación ética y la promoción de valores cívicos deben representar una auténtica prioridad en el currículo de la enseñanza básica.

8. Extender y consolidar la descentralización del sistema educativo. Este proceso debe realizarse con firmeza, pero considerando una pauta temporal de mediano plazo mediante consensos graduales. Los apoyos económicos para su realización son de primera importancia. La descentralización debe ocurrir en todas las entidades federativas, incluido el Distrito Federal. Se requiere que cada entidad federativa tenga el manejo administrativo y político de su propio sistema educativo, desde el nivel básico hasta el superior. Es fundamental que las autoridades locales introduzcan prácticas acordes con este objetivo y que la escuela esté abierta a la participación de los padres y los sectores sociales interesados en la educación. La descentralización y la participación social deben estar asociadas a la reducción de las distancias educativas entre las entidades federativas.

9. Educar para reducir la desigualdad social. Se trata de una línea de política asociada a varias acciones: a) el mejoramiento de la infraestructura y el equipamiento escolar en las zonas del país más atrasadas, b) el incremento de la cobertura de los sectores sociales de más bajos ingresos en todos los niveles escolares, c) el desarrollo de las condiciones óptimas de enseñanza y aprendizaje en las escuelas y d) reconocer el trabajo docente de calidad y proveer los apoyos e incentivos que garanticen el acceso y la permanencia en las aulas de todos los niños y jóvenes.

10. Construir un sistema de bachillerato para cumplir con la obligatoriedad y los tiempos establecidos en la Constitución. Asegurar que todos los jóvenes mexicanos que terminan la educación secundaria ingresen a este nivel de estudios y tengan la oportunidad de estudiar y concluir el ciclo educativo. Los jóvenes en el bachillerato habrán de formarse en un medio juvenil, integrando ciencias y humanidades, artes y deporte. En el bachillerato técnico, la formación debe orientarse mediante esquemas curriculares distintos y flexibles marcados por las condiciones del entorno, que son variables en el territorio nacional.

11. Poner la educación superior al alcance de todos los que tengan los requisitos para cursarla, en el entendido de que se buscará llegar a una cobertura de 60%, en el grupo de edad entre 19 y 23 años, hacia 2022. Establecer nuevas políticas acordes con la masificación de la educación superior en un contexto social y económico abierto y mucho más complejo. Será indispensable generar nuevas ofertas educativas, dando prioridad a la educación superior universitaria y a la vinculación de la docencia con la investigación científica, humanística y tecnológica.

12. El incremento necesario en la cobertura que se plantea requiere que se tome como prioritaria la creación de nuevas instituciones de educación superior y centros de investigación, así como la consolidación de las ya existentes, para aumentar la inserción de jóvenes investigadores y profesores bien calificados que actualmente no tienen oportunidad de incorporarse, con el fin de fortalecer la plantilla docente, aumentando los posgrados de calidad y ampliando la cobertura y la infraestructura para realizar investigación científica, tanto en el ámbito de las ciencias exactas y naturales como en las sociales y en las humanidades, en todo el territorio nacional.

13. Impulsar nuevas formas de articulación —redes, consorcios, alianzas— entre las instituciones de educación superior, y entre éstas y los sectores sociales y productivos, para atender las necesidades y potencialidades del desarrollo local. Se trata de que el país, en cada una de sus regiones y entidades, cuente con profesionistas de alto nivel en múltiples campos del conocimiento y que estos ámbitos alcancen un mayor dominio científico que contribuya a la solución de los grandes problemas locales y nacionales, y de aquellos que en el territorio son manifestación de las tendencias globales, como la energía, el agua y el medio ambiente. Asimismo, encaminar el conocimiento de lo social hacia el logro de un bienestar mejor distribuido que fortalezca la cohesión social y la ciudadanía para la vida en democracia.

14. Formar doctores que produzcan conocimiento científico original. En los años por venir habrá un crecimiento de las ocupaciones basadas en el conocimiento, la ciencia y las innovaciones tecnológicas. El país va a requerir cuadros de alto nivel productores de conocimiento. En este plan se considera indispensable revisar el posgrado, estimular su crecimiento y mejorar su distribución territorial. En esta medida habrá de reforzarse la relación entre investigación y docencia en las universidades públicas y favorecer que en las instituciones de educación superior se cuente con grupos y programas de investigación bien establecidos.

15. El impulso a las áreas científicas debe robustecerse, a fin de contribuir de forma más contundente al desarrollo nacional. Un corolario de ello debe ser el crecimiento del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que permita prácticamente duplicar su membresía para llegar a alrededor de 40 000 integrantes al cabo de los siguientes 10 años, quienes deberán desempeñarse tanto en el ámbito académico como en el empresarial y el social.

16. El mejoramiento de la calidad en la formación de estudiantes en el nivel superior puede favorecerse a través del fomento de la movilidad y la internacionalización, promoviendo así los esquemas de colaboración académica y de cooperación interinstitucional. Esto permitirá enriquecer la formación especializada en áreas específicas del conocimiento que requieren una mayor atención y que no están suficientemente desarrolladas en el país. En este nivel se incluye también el posdoctorado.

17. La ampliación y la mejora cualitativa del sistema educativo nacional se habrá de traducir en un muy amplio contingente de jóvenes bien formados que demandará acceso a las oportunidades del medio laboral en el país. Por ello, es preciso evitar, por todos los medios posibles, que las condiciones del sector ocupacional actúen en contra del potencial de transformación y progreso que acompañará a las nuevas generaciones. La prioridad, en este aspecto, es ampliar sustancialmente las oportunidades de empleo formal para los profesionistas y técnicos que habrán de egresar en los próximos años. También es importante ofrecer condiciones preferentes de financiamiento para apoyar a los jóvenes emprendedores y a los profesionistas que desean transitar por la vía del ejercicio libre de la carrera. Incrementar significativamente el flujo de egresados de licenciatura hacia el nivel de posgrado es asimismo una posibilidad relevante al propósito de ampliar la gama de opciones de ocupación de los egresados, para lo cual se requiere incrementar cuantitativa y cualitativamente el número de programas de posgrado, así como las becas y estímulos disponibles para facilitar el ingreso y la permanencia de los jóvenes en este nivel de estudios.

18. Cambiar el sistema de evaluación. En México se ha instrumentado un sistema de evaluación muy complejo que atiende instituciones, programas, trabajo docente y de investigación, resultados institucionales y medios de difusión del conocimiento. En este plan se propone que se refuercen los trabajos que hace el INEE y que éstos se extiendan hasta la enseñanza media superior, de tal modo que tenga posibilidades de sugerir cauces para integrar el nivel básico con el medio superior. Para la educación superior se propone la creación de un organismo encargado de evaluar las políticas educativas del gobierno federal vis a vis las políticas de los gobiernos estatales, de tal suerte que se pueda monitorear todo el sistema de educación superior, sus cambios y formas de integración locales y nacionales. Orientar la evaluación de programas y académicos con una lógica que permita el diagnóstico y sus derivados en recomendaciones para el mejoramiento educativo. La evaluación servirá para las tareas de planeación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), las cuales podrán relacionarse con el financiamiento.

19. Dirigir la política financiera sobre las bases de una reforma jurídica que permita impulsar el desarrollo de la educación, la ciencia, la innovación, la tecnología y la cultura con una visión socialmente incluyente y de largo plazo. Su óptica se enfocará en el federalismo, definiendo con precisión las responsabilidades que competen a los tres órdenes de gobierno. El propósito esencial de dicha política consiste en asignar recursos suficientes a los tres órdenes de gobierno y a las instituciones educativas y de investigación para el cumplimiento de los objetivos estratégicos del presente plan.

20. Cumplir con el mandato de la Ley General de Educación de destinar recursos fiscales equivalentes a 8% del pib a la educación, definida en su sentido más amplio; es decir, que abarque la ciencia, la tecnología, la cultura y la formación integral de los jóvenes. La política financiera estará basada en un esquema de asignación y distribución plurianual que dé plena certeza a las entidades gubernamentales e instituciones académicas correspondientes. Esto supone un esfuerzo de planeación, programación y presupuesto de mediano plazo, que resulte congruente con el desarrollo equilibrado de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura.

En este plan se tiene pleno convencimiento de que en la historia futura el manejo y el intercambio de conocimientos e información estarán en la base de la transformación social y productiva del país, orientada por una distribución más igualitaria de los beneficios colectivos y el bienestar de todos los mexicanos. Con esta mira hemos propuesto que se invierta en educación, que se sumen esfuerzos para el logro de nuestra prosperidad y para situarnos mejor en el mundo de la globalización.

Nadie tendrá condiciones para mejorar su vida y su trabajo, y no habrá desarrollo local ni nacional, sin que se invierta en educación, ciencia y cultura. Este plan está construido con el espíritu de que de aquí en adelante se habrá de incluir a todos los niños y jóvenes mexicanos en la educación, la cultura y el conocimiento. Para que nuestra patria tenga posibilidades y esperanzas habremos de comenzar una renovación generacional abriendo oportunidades para educarse en todo el territorio. Por eso, la educación es de todos y todos deberemos contribuir a ella para que México pueda transitar exitosamente por el siglo XXI.