Educación tecnológica

La educación tecnológica en México se imparte en una diversidad de instituciones y modalidades, cubriendo los tres niveles educativos del sistema de educación formal: básica en la modalidad de secundaria, media superior y superior. Incluye también programas de capacitación para el trabajo, que aunque no forman parte del sistema de educación escolarizada, están dirigidos a la impartición de cursos sobre diversos oficios y actividades relacionadas con el trabajo industrial, agropecuario y de servicios.

Dentro del nivel de la educación básica se encuentran las secundarias técnicas y es en los niveles medio superior y superior donde se despliega una variedad de escuelas e instituciones que ofrecen diversos tipos de formación tecnológica y carreras, con sus correspondientes diplomas y tipos de certificación. En la educación media superior tecnológica se identifican las escuelas formadoras de profesionales técnicos en distintas ocupaciones y el bachillerato tecnológico de carácter bivalente, que a su vez agrupa diferentes centros escolares brindando cursos y modalidades de capacitación tecnológica en actividades industriales, agropecuarias, comerciales y de servicios, con su correspondiente certificación.

En el nivel de la educación superior tecnológica coexisten los institutos tecnológicos en sus dos vertientes: federales y estatales, con las universidades tecnológicas y politécnicas. Estas dos últimas forman técnicos superiores universitarios (TSU) en carreras de dos años pertenecientes a diversas áreas tales como las económico-administrativas, tecnológicas-industriales y las relacionadas con los servicios. En las universidades politécnicas, las carreras de ciclos cortos se establecen como salida lateral, dentro de las mismas licenciaturas o ingenierías con una duración de tres años y medio. Actualmente el grueso de la oferta para los programas de educación superior se encuentra en las ingenierías. En el caso de las universidades tecnológicas, recientemente incorporaron la opción de continuar estudios de ingeniería, en cuatro cuatrimestres adicionales.

Educación tecnológica en México, ciclo escolar 2010-2011


Los institutos tecnológicos principalmente ofrecen carreras en el campo de la ingeniería y la tecnología, además de las áreas económico-administrativas, bajo el esquema tradicional de ocho semestres.

Equidad y justicia

Desde los años noventa, las políticas educativas de reforma para la educación media superior y superior se han centrado en la búsqueda de la pertinencia, inclusión y equidad mediante la ampliación de oportunidades de acceso y opciones educativas que fuesen alternativas a las licenciaturas universitarias. La idea de atender diversas necesidades provenientes de grupos estudiantiles que han sido excluidos o están en ese riesgo, ha dado lugar a la construcción de instituciones con una oferta de estudios de educación tecnológica que posibilite al estudiante adquirir las credenciales necesarias para insertarse en el empleo en condiciones de trabajo favorables.

En el caso del nivel medio superior tecnológico, las políticas de reforma impulsadas por los gobiernos panistas se han sustentado en una visión de racionalización del bachillerato, en el que se combinen los contenidos que son propedéuticos para el estudio de carreras profesionales, con una formación tecnológica orientada a la adquisición de conocimientos y habilidades útiles en el desempeño de un oficio o actividad técnica, una iniciativa que se finca en el modelo de educación basada en competencias, como así lo refleja la RIEMS.

  La educación media superior tecnológica debe revisar la diversidad de instituciones y orientaciones técnicas y profesionales existentes, así como la multiplicación de carreras, planes de estudios y certificaciones que no permiten la movilidad horizontal de los estudiantes y sí, en cambio, contribuyen a la segmentación de los subsistemas, con sus efectos en una diferenciación de calidades.

  Frente a las añejas preferencias estudiantiles por el bachillerato propedéutico que los conduce a la educación superior, es indispensable promover una educación tecnológica más integral con las bases científicas y tecnológicas y los valores ciudadanos y éticos, a la par que menos enciclopédica. Esto permitiría al estudiante desarrollar habilidades flexibles y actitudes básicas no sólo en el desempeño de una ocupación, sino también en el hecho de que sean fundamentales para su desarrollo en la vida.


La educación superior tecnológica (EST) es la que ha experimentado la mayor diversificación en cuanto a instituciones, modelos educativos, grados, carreras y planes de estudio. La expansión acelerada de la EST en los últimos 20 años es una expresión material de las políticas de ampliación de las opciones educativas con fines de inclusión social y equidad. Adicionalmente, busca reorientar la matrícula hacia aquellas carreras que brinden mayores posibilidades de empleo.

La incorporación de una nueva formación con su título correspondiente dentro del nivel de pregrado, como es el Técnico Superior Universitario (TSU) o el Profesional Asociado, representó una innovación cuyo principal impacto se ha dado en el sistema de la educación superior universitaria, tanto pública como privada. Pero, paradójicamente, no ha sido atractiva para los jóvenes, que continúan depositando sus expectativas de formación profesional en las tradicionales licenciaturas universitarias.

Asimismo, el carácter terminal, que por mucho tiempo caracterizó el modelo educativo de las universidades tecnológicas (UT), se tradujo en una reducida demanda social por este tipo de estudios. Desde 2009 las UT adicionaron un periodo de casi cuatro cuatrimestres a los seis ya establecidos para la formación de TSU para obtener uno de los títulos de ingeniería, rompiendo con ello el carácter terminal de su modelo. Sin tener datos precisos, se tiene el supuesto de que a partir de la implantación de carreras de ingeniería, la matrícula de las UT ha aumentado significativamente.

Las universidades politécnicas (UP) ofrecen carreras de licenciatura e ingeniería de cuatro años, con una salida lateral de técnico superior.

La expansión institucional tanto de las UP como de las UT, significó atender a dos tipos de estudiantes en riesgo de ser excluidos: estudiantes que requieren realizar estudios cortos, obtener un diploma o certificación e incorporarse rápidamente al empleo en condiciones laborales favorables, o estudiantes que residen en lugares donde no hay una institución superior y carecen de los recursos económicos para trasladarse a las zonas donde exista una. Al respecto, se han creado UT y UP en los principales municipios y algunas zonas rurales en todos los estados, con excepción del Distrito Federal.

Por último, el propio modelo educativo y pedagógico de ambas instituciones está diseñado para favorecer la inclusión social y laboral de los estudiantes de baja condición socio-económica y cultural. Las carreras que imparten las UT y las UP se encuentran muy relacionadas con las necesidades y los requerimientos de las empresas establecidas en la zona de influencia donde se asienta la universidad, por lo que se espera dotar a los estudiantes de los conocimientos prácticos y las habilidades técnicas (competencias) acordes con las dinámicas ocupacionales de las empresas de la zona, a fin de asegurar su empleo.

Por su parte, los institutos tecnológicos (IT) —federales o estatales— constituyen un subsistema muy segmentado y con calidades muy diferenciadas. Desde institutos con una alta demanda social y económica que llegan a constituirse en una institución influyente en la zona en donde se ubican, o los institutos con programas de investigación e innovación y una participación importante de sus académicos en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), hasta aquellas escuelas instaladas en condiciones muy precarias, con talleres y laboratorios carentes de equipo y herramientas mínimas. No obstante, son varias las localidades en el país donde la única institución de educación superior existente en la zona es un IT. Si bien los IT han adoptado el modelo de educación basado en competencias, en la práctica sus formas de enseñanza y evaluación continúan siendo muy tradicionales, además de que son muy pocos los IT que realizan actividades de vinculación con las empresas.

   Las UT y las UP deben ampliar y fortalecer los vínculos que tienen con las empresas e instituciones locales y regionales.

  Los IT deben incrementar sustancialmente sus vínculos con las empresas asentadas en la región, a fin de favorecer la creación de espacios de aprendizaje importantes para la formación de los estudiantes y la actualización profesional de los docentes.



Calidad y pertinencia

Dentro del bachillerato tecnológico bivalente y las escuelas formadoras de profesionales técnicos, debe valorarse el grado de pertinencia que puede desarrollar cada institución, en relación estrecha con la estructura económica de la zona o las demandas de recursos humanos que sostienen las empresas en el lugar donde reside la institución.


  Es importante depurar los cursos técnicos que se ofrecen en todos los bachilleratos tecnológicos, a fin de hacerlos más acordes con las necesidades actuales de las empresas, especialmente en estos momentos de cambios organizacionales y productivos por los que transita la economía.

   Establecer procesos de convergencia entre los subsistemas de CETIS, CBTI y CECYTE, especialmente en lo que toca a las modalidades relacionadas con la formación para el trabajo.

   Actualizar los contenidos de los cursos de cada especialidad para el trabajo y modernizar el equipamiento de laboratorios y talleres.

La formación de técnico superior universitariopor parte de las universidades tecnológicas sedesarrolla a partir de carreras de dos años, estrechamente vinculadas con los requerimientos de los puestos ocupacionales de los mandos medios, principalmente de control y supervisión.

Tanto la definición de una carrera como la organización y la selección de los contenidos, se desprenden de los estudios realizados sobre oferta educativa, estructura económica y demanda de técnicos y profesionistas en una determinada región, por la entidad federativa solicitante, lo que aparentemente parece dotar de pertinencia a las materias y en general a la formación desarrollada.

La selección de una carrera, así como sus contenidos, se decide de manera centralizada por la Coordinación General de Universidades Tecnológicas (cgut), o la Coordinación de Universidades Politécnicas (CUP), a propuesta de una universidad en particular después de haber realizado los estudios de factibilidad correspondientes.

  Se hace necesario propiciar una mayor participación de la universidad interesada tanto en las decisiones curriculares como en la propia confección del plan de estudios; no obstante, se deben realizar estudios muy cuidadosos sobre las necesidades del mercado laboral y la demanda social, a fin de evitar la formulación de carreras “hechas a la medida” para determinadas empresas o cursos excesivamente técnicos de reducida envergadura dirigidos a segmentos ocupacionales muy limitados.

El modelo educativo y pedagógico que ofrecen las UT y las UP tiene, como eje de acción, la vinculación con las empresas de la zona donde se ubica una determinada universidad. Las UT en sus carreras de TSU promueven una formación orientada principalmente a los puestos de mandos medios en las empresas, en especial los de supervisión y control. Sus planes de estudio se dirigen a la formación en determinadas ocupaciones técnicas con un mayor número de contenidos prácticos, lo que facilita al TSU encontrar trabajo afín a su carrera en poco tiempo. De igual forma, dentro del modelo pedagógico de las UT y las UP, destaca el cumplimiento de una estadía dentro de la empresa, como una actividad clave en la integración del estudiante al ambiente laboral de la empresa.

Considerando que las estadías de 15 semanas en la empresa posibilitan al estudiante de TSU potenciar sus habilidades y familiarizarse con la dinámica organizacional y productiva de la misma, esta actividad curricular se ha traducido en posibles contrataciones del TSU para laborar en la empresa como técnico superior asalariado.

  Las estadías se muestran como un mecanismo compensatorio al reducido capital cultural y social que caracteriza a los estudiantes que asisten a las UT y UP; permiten que el estudiante aprenda los comportamientos y actitudes importantes para su futuro desenvolvimiento laboral y adaptación en la empresa. Por ello, las UT y las UT deben asegurar además una formación integral, fortaleciendo las bases científicas y disciplinarias y, sobre todo, los contenidos éticos y sustentables.

Por iniciativa de la SEP, en 2009 se creó el Espacio Común de la Educación Superior Tecnológica (ECEST) con la participación de las UT, UP e IT federales y estatales, con el fin de favorecer el intercambio académico, experiencias de vinculación, la movilidad estudiantil y la de docentes, entre todas las instituciones del sistema.

La coexistencia de hasta tres subsistemas de educación tecnológica en el país, cada una con sus propios propósitos, misiones y visión sobre el deber ser de la formación, paradójicamente, se ha traducido en dificultades principalmente para los estudiantes en sus intentos por realizar cambios de institución, movilidad estudiantil y reconocimiento de estudios.

  Con base en los propósitos planteados en el ecest se debe asegurar la operación de este mecanismo de coordinación que permita la participación conjunta de las instituciones, no sólo con la idea de realizar diversas actividades académicas y de vinculación de interés para los estudiantes, docentes y representantes de empresas, sino también con el propósito de analizar las carreras y los planes de estudio a efecto de favorecer el reconocimiento y la revalidación de estudios entre los tres subsistemas.

Los docentes de la educación tecnológica

La educación tecnológica en todos los niveles ha asumido, plenamente, el modelo de educación basada en competencias y esto ha sido determinante para que se privilegie la formación de los docentes en este modelo educativo. En cada subsistema o modalidad hay cursos, programas y espacios de enseñanza dedicados a la preparación de los docentes en el manejo de la enseñanza de competencias, siendo el proyecto Tunning el referente más citado.

En el caso de los IT, el Centro Interdisciplinario de Investigación y Docencia en Educación Técnica (CIIDET) se encarga de la impartición de cursos sobre el modelo de EBC y la educación a distancia.

Las recomendaciones para este sector de docentes serían las siguientes:

  Los profesores del sistema tecnológico, en general, deben aumentar su experiencia profesional a través de la realización de estancias en las empresas, por lo que una de las acciones más promovidas es la actualización de los maestros por la vía del impulso de estancias de los docentes en las empresas.

  Dentro de la planta docente se debe fomentar la experiencia de trabajo en las empresas, con los propósitos de actualización de conocimientos y aprendizaje sobre las dinámicas productivas de las empresas, que repercutirá en el mejoramiento de las prácticas docentes.

   Estimular la movilidad de docentes entre las instituciones educativas tecnológicas nacionales e internacionales.

   Se debe equilibrar el número de profesores de asignatura con los profesores de tiempo completo en cada institución.